sábado, 12 de enero de 2013

Vargas Lozano sobre Taking Socialism


Taking Socialism Seriously
Tomando el socialismo seriamente
Editado por Anatole Anton y Richard Schmitt
Lexington Books, 2012. USA

Anatole Anton y Richard Schmitt, profesores de la San Francisco State University y Worcester State University, respectivamente, así como fundadores de la Radical Philosophy Association en los Estados Unidos, publican ahora este libro con diez ensayos en donde vuelven a reflexionar sobre el tema del socialismo. La primera ocasión fue mediante el libro, también colectivo y publicado tanto en inglés como en español bajo el título, Hacia un nuevo socialismo (El Viejo Topo, Barcelona, 2011).
Anatole y Richard, viejos amigos de dialéctica, consideran en el prólogo que el capitalismo no ha cumplido ninguna de sus promesas; la diferencia entre ricos y pobres es cada vez más profunda, los resultados electorales son cuestionables; la corrupción pública crece; la moribunda democracia al igual que la economía ascienden y colapsan. El capitalismo no trajo seguridad ni paz ni en casa ni fuera de casa y en cambio, nos envuelve en interminables guerras y masacres. Cada día hay una intensa amenaza al medio ambiente y a la supervivencia humana en la tierra. Lo mismo pasa con los problemas de raza e igualdad de género.
“Abrumados por estas realidades, pensamos que el socialismo es claramente lo que el mundo necesita –dicen en el prólogo- pero al mismo tiempo encontramos que la literatura anticapitalista tiene poco que decirnos sobre las características detalladas de una sociedad socialista”. Es por ello que convocaron a un grupo de investigadores y activistas para abordar esta importante temática.
En general, cuando se pregunta sobre el socialismo, -siguen diciendo en el prólogo- la respuestas son fantasías o wishful thinking. Lo que se requiere es definir las  “instituciones alternativas que puedan ser construidas en el presente” No solo debemos preguntarnos como imaginamos un mundo mejor sino como lo vamos a construir mediante un proceso de reconstrucción de nosotros y de nuestras relaciones sociales.
El socialismo ha estado en la agenda por cerca de 200 años. Empezó siendo un lucha por una sociedad basada en la cooperación , igualdad económica y derechos políticos.
“Asociado con la teoría marxista de la historia, el socialismo devendría en el estado futuro que seguiría al capitalismo una vez que “dicho modo de producción llegara a su inevitable desaparición”.
Aquí hay un primer problema que sería interesante analizar, diría por mi cuenta. En el Marx maduro, a diferencia del Marx joven influido por Hegel, no habría un “inevitable” sino que habría la alternativa de “socialismo o barbarie”.
El socialismo llamado realmente existente, bajo el modelo de la URSS, devino lo opuesto a una sociedad en donde los medios de producción son privados. Por diversas razones, el estado se convirtió en propietario y director de la economía. Esta concepción fue puesta en práctica por diversos  experimentos socialistas que fallaron desastrosamente. Por mi parte diría que justamente aquí está una de las claves del problema: por un lado, Marx no desarrolló una teoría sobre lo que sería el socialismo sino tan solo expuso algunas ideas que deberían haber sido recreadas por aquellos que intentaron fundar el socialismo. El análisis de lo que ocurrió en la URSS es central: se abolió la propiedad privada de los medios de producción y pasó a ser administrada por el Estado, sin embargo, este Estado no fue democrático y por el contrario, se volvió burocrático. Aquí el problema es ¿por qué se volvió burocrático y dictatorial.
“Las teorías dominantes sobre el socialismo derivaron de la filosofía marxiana de la historia que hizo predicciones claramente falsas”. El ejemplo que ponen los editores del libro es que  desde el siglo XIX los socialistas predijeron el inminente colapso del capitalismo y la victoria de la clase trabajadora. Ninguno de las dos predicciones ha ocurrido. De igual modo, los socialistas recomendaron estrategias que no funcionaron; organizaron sindicatos que se volvieron anti-comunistas; organizaron partidos socialistas que devinieron soportes incondicionales del capitalismo; hablaron de solidaridad internacional y ésta se terminó con la Primera Guerra Mundial; crearon escuelas y familias que reprodujeron el autoritarismo.
Nadie puede desmentirlos porque son hechos. Lo que pasa es que: 1) muchos socialistas no profundizaron en el legado de Marx que, en su etapa madura, insisto, no sostiene un determinismo. Hobsbawm demostró, en su prólogo a los Formen, (Formaciones económicas pre-capitalistas, texto que integra los Grudrisse) que Marx no sostenía una filosofía de la historia y que, por el contrario, el desarrollo histórico era para el clásico, desigual y combinado. Lo que no cabe duda era que muchos de los seguidores de Marx se equivocaron en sus predicciones y aún Marx mismo desestimó la capacidad de supervivencia del capitalismo, a pesar de que ya hubiera llegado a una contradicción mayor entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción que exigía un cambio. La clave aquí estuvo en que, por un lado, se desarrolló la política keynesiana que permitió suavizar las contradicciones entre ricos y pobres (estrategia que ahora se está  eliminando por medio del neoliberalismo); la corrupción de los dirigentes de las clases trabajadoras (que en el caso de México se les convirtieron en partes integrantes del poder mediante el corporativismo) y los intensos procesos de enajenación que se vieron superlativamente aumentados por la introducción de las nuevas tecnologías en la información y comunicación controladas por grandes transnacionales.    
Los autores del prólogo consideran que la concepción del socialismo asociado con la teoría marxista tradicional de la historia (yo diría, con esta teoría marxista mecanicista y economicista a la que no puede ser reducida toda la teoría marxista que inclusive se encuentra en contra de estas posturas) ha perdido legitimidad. “Pensando sobre el socialismo y habiendo sido asociada estrechamente con la teoría marxista, ésta se encuentra desorganizada.
Por otro lado, los prologuistas siguen diciendo que muchos teóricos  de hoy siguen a Eduard Bernstein y niegan la inevitabilidad del colapso del capitalismo confiando en que se producirán cambios mediante la democracia, tal y como se está practicando en el capitalismo y por tanto, afirman que si no se espera que caiga el capitalismo es altamente improbable que se substituya por el socialismo. Por tanto, los proyectos anti-capitalistas deben ser orientados: en vez de tratar de organizar una concepción entera de la nueva sociedad, “nuestra tarea como enemigos del capitalismo es desarrollar proyectos que puedan restringir la dominación del capitalismo y sus valores”. No se puede cambiar todo y menos en un periodo corto. Los enemigos del capitalismo deben tener una enorme inventiva en pensar los cambios específicos que hay que llevar a la práctica.
Si no pensamos el socialismo en concretas encarnaciones nuestras descripciones pueden permanecer utópicas. Necesitamos preguntarnos sobre estrategias concretas de transformación; pensar como construir las instituciones socialistas y como hacerlas viables; tomar nota de las propuestas para actuar en contra de los efectos nocivos del capitalismo en lo económico, lo político, lo social y lo ecológico. Necesitamos comprometernos en la resistencia concreta
Los dos temas fundamentales son: la naturaleza del socialismo y la transición del capitalismo al socialismo.
En el prólogo al libro, los editores condensan en breves tesis, lo desarrollado ampliamente por los autores de los ensayos:
Richard Schmitt, ha publicado libros y artículos sobre Marx, Engels, Heidegger, la, alienación y la teoría política en general. Su texto se llama “25 cuestiones sobre el socialismo”
Plantea qué es el socialismo y qué forma tomará la transición
Dice que no es suficiente hablar de democracia en términos generales y que es necesario marcar la diferencia con la llamada “democracia” bajo el capitalismo.
Milton Fisk, profesor emérito de Indiana University, ha escrito sobre metafísica ética y política . Ha propuesto la noción de public goods (bienes públicos) como parte central de la ética. Su texto se llama “En defensa del marxismo”. Sostiene que el socialismo no es meramente un medio para terminar los daños económicos del capitalismo. Se opone a la idea de describir el socialismo hablando exclusivamente de todo lo que es bueno y noble. El socialismo es necesario y urgente ya que el capitalismo se dirige al desastre. Hay que construir la cohesión social promoviendo la democracia en diferentes áreas de la vida. Hay que adelantarse al colapso
David Schweickart,  profesor de filosofía de Loyola University, Chicago, su último libro se titula After capitalism. En el socialismo las decisiones tendrán que ser extendidas a la economía. Mercado e bienes y servicios. No habrá mercado del trabajo o de inversión de capital. Los trabajadores serán propietarios y directores de su lugares de trabajo Habrá un proceso político democrático de la toma de decisiones.

Ann Ferguson , filosofa feminista, profesora emérita en la Universidad de Massachusetts, Amherst, autora de varios libros. En su colaboración titulada “Romantic Couple Love, the Affective Economy, and Socialist Feminist Vision” considera que en el capitalismo hay obstáculos para la igualdad de género.
Dice que hay diferentes relaciones afectivas sexuales: la pareja romántica tradicional implica desigualdad ya que la mujer produce afecto y el hombre lo consume. El tema es otras formas de amor que impliquen igualdad de género.
En otro trabajo, se habla también de la naturaleza humana que impediría el socialismo. Hay diversas concepciones de la “naturaleza humana”: los marxistas dicen que no hay tal cosa y que depende de la historia y las condiciones sociales. Otras posiciones luchan en contra de la tesis de que la naturaleza humana hace imposible al socialismo. En su trabajo, “Human nature and Socialism: Taking Human Nature Seriously”  Karsten J. Struhl, quien enseña flosofía política e intercultural en John Jay College of Criminal Justice y New School University, reflexiona sobre el tema: sobre la postura de Freud de que la naturaleza humana incluye el instinto agresivo; la tesis de que la conducta humana está determinada por factores biológicos y la teoría de la evolución.
   Richard Schmitt en “Socialist Solidarity” dice que no se ha discutido ampliamente el concepto de solidaridad. La solidaridad de los kibbutzim fallaron por no tener una idea de que era. Al principio se sostuvo el lema de “a cada quien según su capacidad y a cada quien según su necesidad”, pero no supieron transladar el principio a las instituciones concretas. El problema es como poner en práctica las ideas socialistas.

Tony Smith  profesor de filosofía de Iowa University, autor de ensayos marxistas , filosofía de la tecnología y teoría social, en su contribución titulada: “Is Socialism Relevant in the “Networked Information Age? A critical Assesment of the Wealth of Networks” critica la tesis de que el nuevo modo de producción estaría lbre de mercantilización y explotación. El socialismo es creado por diferentes proyectos, animado y ejecutado por diferentes movimientos sociales

John L. Hammond, activista contra las intervenciones norteamericanas en Viet Nam e Iraq. Autor de varios libros sobre movimientos sociales. Enseña sociología en Hinter College y en el Centro de Graduados de la Universidad de la ciudad de Nueva York.  “Social Movements and Strugles for Socialism” hay muchos movimientos pero estos ¿apuntan hacia el socialismo?
La discusión sobre que debe ser el socialismo; cuáles han sido los problemas que han surgido en el intento de su realización; hasta dónde llega la teoría de Marx y cuáles son sus tergiversaciones o enriquecimientos por el marxismo posterior; como es posible construir un auténtico socialismo democrático, son algunos de los temas que es necesario despejar hoy para buscar una solución a la crisis a que nos está llevando el capitalismo. Este es un libro que nos proporciona una buena base para el debate.

 Gabriel Vargas Lozano

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