Taking
Socialism Seriously
Tomando el
socialismo seriamente
Editado por Anatole Anton y Richard
Schmitt
Lexington Books, 2012. USA
Anatole Anton y Richard Schmitt,
profesores de la San Francisco State University y Worcester State University,
respectivamente, así como fundadores de la Radical
Philosophy Association en los Estados Unidos, publican ahora este libro con
diez ensayos en donde vuelven a reflexionar sobre el tema del socialismo. La
primera ocasión fue mediante el libro, también colectivo y publicado tanto en
inglés como en español bajo el título, Hacia
un nuevo socialismo (El Viejo Topo, Barcelona, 2011).
Anatole y Richard, viejos amigos de dialéctica, consideran en el prólogo que
el capitalismo no ha cumplido ninguna de sus promesas; la diferencia entre
ricos y pobres es cada vez más profunda, los resultados electorales son cuestionables;
la corrupción pública crece; la moribunda democracia al igual que la economía
ascienden y colapsan. El capitalismo no trajo seguridad ni paz ni en casa ni
fuera de casa y en cambio, nos envuelve en interminables guerras y masacres.
Cada día hay una intensa amenaza al medio ambiente y a la supervivencia humana
en la tierra. Lo mismo pasa con los problemas de raza e igualdad de género.
“Abrumados por estas realidades,
pensamos que el socialismo es claramente lo que el mundo necesita –dicen en el
prólogo- pero al mismo tiempo encontramos que la literatura anticapitalista
tiene poco que decirnos sobre las características detalladas de una sociedad
socialista”. Es por ello que convocaron a un grupo de investigadores y
activistas para abordar esta importante temática.
En general, cuando se pregunta sobre
el socialismo, -siguen diciendo en el prólogo- la respuestas son fantasías o wishful thinking. Lo que se requiere es
definir las “instituciones alternativas
que puedan ser construidas en el presente” No solo debemos preguntarnos como
imaginamos un mundo mejor sino como lo vamos a construir mediante un proceso de
reconstrucción de nosotros y de nuestras relaciones sociales.
El socialismo ha estado en la agenda
por cerca de 200 años. Empezó siendo un lucha por una sociedad basada en la
cooperación , igualdad económica y derechos políticos.
“Asociado con la teoría marxista de
la historia, el socialismo devendría en el estado futuro que seguiría al
capitalismo una vez que “dicho modo de producción llegara a su inevitable
desaparición”.
Aquí hay un primer problema que
sería interesante analizar, diría por mi cuenta. En el Marx maduro, a
diferencia del Marx joven influido por Hegel, no habría un “inevitable” sino
que habría la alternativa de “socialismo o barbarie”.
El socialismo llamado realmente
existente, bajo el modelo de la URSS, devino lo opuesto a una sociedad en donde
los medios de producción son privados. Por diversas razones, el estado se
convirtió en propietario y director de la economía. Esta concepción fue puesta
en práctica por diversos experimentos
socialistas que fallaron desastrosamente. Por mi parte diría que justamente
aquí está una de las claves del problema: por un lado, Marx no desarrolló una
teoría sobre lo que sería el socialismo sino tan solo expuso algunas ideas que
deberían haber sido recreadas por aquellos que intentaron fundar el socialismo.
El análisis de lo que ocurrió en la URSS es central: se abolió la propiedad
privada de los medios de producción y pasó a ser administrada por el Estado,
sin embargo, este Estado no fue democrático y por el contrario, se volvió burocrático.
Aquí el problema es ¿por qué se volvió burocrático y dictatorial.
“Las teorías dominantes sobre el
socialismo derivaron de la filosofía marxiana de la historia que hizo
predicciones claramente falsas”. El ejemplo que ponen los editores del libro es
que desde el siglo XIX los socialistas
predijeron el inminente colapso del capitalismo y la victoria de la clase
trabajadora. Ninguno de las dos predicciones ha ocurrido. De igual modo, los
socialistas recomendaron estrategias que no funcionaron; organizaron sindicatos
que se volvieron anti-comunistas; organizaron partidos socialistas que
devinieron soportes incondicionales del capitalismo; hablaron de solidaridad
internacional y ésta se terminó con la Primera Guerra Mundial; crearon escuelas
y familias que reprodujeron el autoritarismo.
Nadie puede desmentirlos porque son
hechos. Lo que pasa es que: 1) muchos socialistas no profundizaron en el legado
de Marx que, en su etapa madura, insisto, no sostiene un determinismo. Hobsbawm
demostró, en su prólogo a los Formen,
(Formaciones económicas pre-capitalistas, texto que integra los Grudrisse) que
Marx no sostenía una filosofía de la historia y que, por el contrario, el
desarrollo histórico era para el clásico, desigual y combinado. Lo que no cabe
duda era que muchos de los seguidores de Marx se equivocaron en sus
predicciones y aún Marx mismo desestimó la capacidad de supervivencia del
capitalismo, a pesar de que ya hubiera llegado a una contradicción mayor entre
las fuerzas productivas y las relaciones de producción que exigía un cambio. La
clave aquí estuvo en que, por un lado, se desarrolló la política keynesiana que
permitió suavizar las contradicciones entre ricos y pobres (estrategia que
ahora se está eliminando por medio del
neoliberalismo); la corrupción de los dirigentes de las clases trabajadoras
(que en el caso de México se les convirtieron en partes integrantes del poder
mediante el corporativismo) y los intensos procesos de enajenación que se
vieron superlativamente aumentados por la introducción de las nuevas
tecnologías en la información y comunicación controladas por grandes transnacionales.
Los autores del prólogo consideran
que la concepción del socialismo asociado con la teoría marxista tradicional de
la historia (yo diría, con esta teoría marxista mecanicista y economicista a la
que no puede ser reducida toda la teoría marxista que inclusive se encuentra en
contra de estas posturas) ha perdido legitimidad. “Pensando sobre el socialismo
y habiendo sido asociada estrechamente con la teoría marxista, ésta se
encuentra desorganizada.
Por otro lado, los prologuistas
siguen diciendo que muchos teóricos de
hoy siguen a Eduard Bernstein y niegan la inevitabilidad del colapso del capitalismo
confiando en que se producirán cambios mediante la democracia, tal y como se
está practicando en el capitalismo y por tanto, afirman que si no se espera que
caiga el capitalismo es altamente improbable que se substituya por el
socialismo. Por tanto, los proyectos anti-capitalistas deben ser orientados: en
vez de tratar de organizar una concepción entera de la nueva sociedad, “nuestra
tarea como enemigos del capitalismo es desarrollar proyectos que puedan
restringir la dominación del capitalismo y sus valores”. No se puede cambiar
todo y menos en un periodo corto. Los enemigos del capitalismo deben tener una
enorme inventiva en pensar los cambios específicos que hay que llevar a la
práctica.
Si no pensamos el socialismo en
concretas encarnaciones nuestras descripciones pueden permanecer utópicas. Necesitamos
preguntarnos sobre estrategias concretas de transformación; pensar como
construir las instituciones socialistas y como hacerlas viables; tomar nota de
las propuestas para actuar en contra de los efectos nocivos del capitalismo en
lo económico, lo político, lo social y lo ecológico. Necesitamos comprometernos
en la resistencia concreta
Los dos temas fundamentales son: la
naturaleza del socialismo y la transición del capitalismo al socialismo.
En el prólogo al libro, los editores
condensan en breves tesis, lo desarrollado ampliamente por los autores de los
ensayos:
Richard
Schmitt,
ha publicado libros y artículos sobre Marx, Engels, Heidegger, la, alienación y
la teoría política en general. Su texto se llama “25 cuestiones sobre el
socialismo”
Plantea qué es el socialismo y qué
forma tomará la transición
Dice que no es suficiente hablar de
democracia en términos generales y que es necesario marcar la diferencia con la
llamada “democracia” bajo el capitalismo.
Milton Fisk, profesor emérito de
Indiana University, ha escrito sobre metafísica ética y política . Ha propuesto
la noción de public goods (bienes
públicos) como parte central de la ética. Su texto se llama “En defensa del
marxismo”. Sostiene que el socialismo no es meramente un medio para terminar
los daños económicos del capitalismo. Se opone a la idea de describir el
socialismo hablando exclusivamente de todo lo que es bueno y noble. El socialismo
es necesario y urgente ya que el capitalismo se dirige al desastre. Hay que
construir la cohesión social promoviendo la democracia en diferentes áreas de
la vida. Hay que adelantarse al colapso
David
Schweickart, profesor de filosofía de Loyola
University, Chicago, su último libro se titula After capitalism. En el socialismo las decisiones tendrán que ser
extendidas a la economía. Mercado e bienes y servicios. No habrá mercado del
trabajo o de inversión de capital. Los trabajadores serán propietarios y
directores de su lugares de trabajo Habrá un proceso político democrático de la
toma de decisiones.
Ann
Ferguson
, filosofa feminista, profesora emérita en la Universidad de Massachusetts,
Amherst, autora de varios libros. En su colaboración titulada “Romantic Couple
Love, the Affective Economy, and Socialist Feminist Vision” considera que en el
capitalismo hay obstáculos para la igualdad de género.
Dice que hay diferentes relaciones
afectivas sexuales: la pareja romántica tradicional implica desigualdad ya que la
mujer produce afecto y el hombre lo consume. El tema es otras formas de amor
que impliquen igualdad de género.
En otro trabajo, se habla también de
la naturaleza humana que impediría el socialismo. Hay diversas concepciones de
la “naturaleza humana”: los marxistas dicen que no hay tal cosa y que depende
de la historia y las condiciones sociales. Otras posiciones luchan en contra de
la tesis de que la naturaleza humana hace imposible al socialismo. En su
trabajo, “Human nature and Socialism: Taking Human Nature Seriously” Karsten
J. Struhl, quien enseña flosofía política e intercultural en John Jay College
of Criminal Justice y New School University, reflexiona sobre el tema: sobre la
postura de Freud de que la naturaleza humana incluye el instinto agresivo; la
tesis de que la conducta humana está determinada por factores biológicos y la
teoría de la evolución.
Richard
Schmitt en “Socialist Solidarity” dice que no se ha discutido ampliamente
el concepto de solidaridad. La solidaridad de los kibbutzim fallaron por no
tener una idea de que era. Al principio se sostuvo el lema de “a cada quien
según su capacidad y a cada quien según su necesidad”, pero no supieron transladar
el principio a las instituciones concretas. El problema es como poner en práctica
las ideas socialistas.
Tony Smith profesor de filosofía de Iowa University,
autor de ensayos marxistas , filosofía de la tecnología y teoría social, en su
contribución titulada: “Is Socialism Relevant in the “Networked Information
Age? A critical Assesment of the Wealth of Networks” critica la tesis de que el
nuevo modo de producción estaría lbre de mercantilización y explotación. El
socialismo es creado por diferentes proyectos, animado y ejecutado por diferentes
movimientos sociales
John L.
Hammond,
activista contra las intervenciones norteamericanas en Viet Nam e Iraq. Autor
de varios libros sobre movimientos sociales. Enseña sociología en Hinter
College y en el Centro de Graduados de la Universidad de la ciudad de Nueva
York. “Social Movements and Strugles for
Socialism” hay muchos movimientos pero estos ¿apuntan hacia el socialismo?
La discusión sobre que debe ser el
socialismo; cuáles han sido los problemas que han surgido en el intento de su
realización; hasta dónde llega la teoría de Marx y cuáles son sus
tergiversaciones o enriquecimientos por el marxismo posterior; como es posible
construir un auténtico socialismo democrático, son algunos de los temas que es
necesario despejar hoy para buscar una solución a la crisis a que nos está
llevando el capitalismo. Este es un libro que nos proporciona una buena base
para el debate.
Gabriel Vargas Lozano
No hay comentarios:
Publicar un comentario